NO LA ENTIENDO… A LA INCREIBLE GRACIA DE DIOS

Director de Radio, Raúl Sánchez

Hace unos días recibí una pregunta por medio de correo electrónico y esta fue: ¿Raúl, cómo es la Gracia de Dios?

Hemos escuchado mucho sobre este tema, hemos leído… ¿pero la hemos experimentado?

En las siguientes palabras quiero decirles a ustedes que es y como es la Gracia de Dios, según como yo la he experimentado.

Alberto cumplió el sueño de comprarse un auto deportivo último modelo, un Audi R8 para ser mas exacto. Y en una noche decidió salir a probar el poder de su motor.

Imagínense, 8 válvulas, 450 caballos de fuerza, motor a inyección, ¿ a quien no le gustaría darle una probadita?.

Eran las 12 de la noche, y la calle se veía desolada. El escenario era el ideal para apretar a fondo el acelerador. Y bueno, Alberto tentado empezó a subir la velocidad, 100 mph, 120, 140, 180 y de pronto, una luz azul vio por el retrovisor, era nada más y nada menos que la policía. Alberto descendió la velocidad hasta detenerse.

El policía se acercó y preguntó: ¿señor usted sabe a que velocidad iba?. Alberto se sinceró y dijo la verdad, “señor policía, me excedí, discúlpeme”.

El policía notó que Alberto se había dado cuenta del error cometido.

Bueno para hacer esta historia más corta, el policía y Alberto se fueron a tomar a un café y a charlar sobre la potencia y el motor de su auto.

Al terminar la charla, el policía le dijo: “señor lo que usted hizo fue muy peligroso y arriesgó la vida de los peatones, esta vez, se la dejo pasar, no lo haga más, si sucede nuevamente, habrá consecuencias”.

Así es la Gracia de Dios, somos tentados, erramos, nos equivocamos, viene El a nuestras vidas y en vez de juzgarnos y sentenciarnos, nos perdona y nos da una nueva oportunidad.

Esto no quiere decir que Dios, al igual que el policía, estaba de acuerdo con nuestro error, simplemente que su misericordia se renueva cada día, y esta mas listo para perdonar que para juzgar.

¡Ahh!… no abuse de la Gracia de Dios, a El le costó la vida de su hijo en la cruz del Calvario.

Se alcanza con el ARREPENTIMIENTO de corazón.

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