Jeremías 38:1-6 Y oyeron Sefatías, hijo de Matán, Gedalías, hijo de Pasur, Jucal, hijo de Selemías, y Pasur, hijo de Malquías, las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:2 Así dice el SEÑOR: “El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia, pero el que se pase a los caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo.”3 Así dice el SEÑOR: “Ciertamente esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, y él la tomará.”4 Entonces dijeron los oficiales al rey: Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras; pues este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal.5 Y el rey Sedequías dijo: He aquí, él está en vuestras manos; pues el rey nada puede hacer contra vosotros.6 Tomando ellos a Jeremías, lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia, y bajaron a Jeremías con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino lodo, y Jeremías se hundió en el lodo.
Jeremías 1:6-8 Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy joven.7 Pero el SEÑOR me dijo: No digas: “Soy joven”, porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás.8 No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librarte–declara el SEÑOR.
Jeremías 14:12 Cuando ayunen, no escucharé su clamor; cuando ofrezcan holocausto y ofrenda de cereal, no los aceptaré; sino que con espada, con hambre y con pestilencia los destruiré.
Mateo 10:17-19 Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; 18 y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles.19 Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar.
Jeremías 38:7-9 Al oír Ebed-melec el etíope, eunuco del palacio del rey, que habían echado a Jeremías en la cisterna, estando el rey sentado a la puerta de Benjamín,8 salió Ebed-melec del palacio real y habló al rey, diciendo:9 Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna; morirá donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad.