Prédica: Cosas rotas; pastor Eric Millarc, MLLFA

Jeremías 18:1-4 Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo: 2 Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.3 Entonces descendí a casa del alfarero, y he aquí, estaba allí haciendo un trabajo sobre la rueda.4 Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacerla.

Proverbios 5:21 Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del SEÑOR, y El observa todos sus senderos.

Proverbios 16:2 Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos, pero el SEÑOR sondea los espíritus.

Jeremías 6:16 Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas.

Jeremías 18:6 ¿No puedo yo hacer con vosotros, casa de Israel, lo mismo que hace este alfarero?–declara el SEÑOR. He aquí, como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel.

Hechos 9:1-5 Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote,2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.3 Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo;4 y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?5 Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues;

Hechos 9:8-9 Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco.9 Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Hechos 9:15-16 Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre.

Salmos 23:4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.

“Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation Usadas con permiso.”

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